viernes, agosto 27, 2004

"Que termine la jornada laboral. Que me escupa fuera de las cuatro paredes. Lo sé, ya no existen las oficinas de tan solo cuatro paredes, pero solo así me entenderían la asfixia. ¿Quien me creería que la ventana de pared a pared de mi privado también me agobia? Ya no me creo el efecto de espacio. Esa ventana es un cuadro tridimensional y solo eso. Un cuadro que cambia constantemente como una pecera de peces grises." Tomás

jueves, agosto 05, 2004

Traigo una idea como burbuja. No sé como carajos le hace para inflarse. Me está presionando el cráneo desde adentro. Sus finas paredes llegaron a las córneas y me están empezando a doler.

Por un lado quisiera que se reventara. Me daría mucho alivio físico. Podría trabajar en paz y también limpiar mi casa, lavar mi ropa, acomodar los trastes, poner la basura en el bote de la calle de enfrente, escribir el cuento que le debo a mis sobrinos, etc.

Por otro lado, si se rompe, no descubriría el misterio que oculta. Le diría a mi terapeuta: "Tuve una idea que me dolía" y cuando ella me preguntara que como llegó allí, me quedaría sin poder decir nada.

Además me aterra que una idea se esparza como chicle en mi cerebro