viernes, abril 29, 2005

Busco un lugar en el mundo.

En mi niñez pensé que para pertenecer con tu edad bastaba. Yo estaba con los de segundo o los de sexto, con los de secundaria o los de prepa.

Después pensé que tenía que tener algún título para pertenecer: abogado, ingeniero, administrador, contador.

Después me casé. Busqué la seductora tranquilidad del estatus de esposo.

Ahora soy un ingeniero-escritor, que toma clases de salsa, divorciado, que no encuentra un club con todos sus gustos.

Me cuestiono de que sirve pertenecer. Somos seres con tantos gustos, que crecemos y evolucionamos y que necesitamos cambiar hasta de grupo pero que no nos atrevemos.

Yo tampoco me atrevo a cambiar, pero algo me aventó fuera de todo y ahora tengo que encontrar mi lugar en el mundo

jueves, abril 21, 2005

Él tiende a darme soluciones. Cuando lo escucho pienso porque no las usa para sí. Usa adjetivos para entenderme y poder dar soluciones, pero sus calificativos son incompletos.

¿Que tanto me conoces? ¿Qué tanto te conozco? Me gustaría decirle tantas cosas y hacerle muchas preguntas. Me gustaría remover el doloroso pasado tan sólo para entender. Me gustaría decirle las cosas que recuerdo de nuestra relación. Que me es difícil recordar momentos a su lado. Recuerdo que llegaba a casa arrastrando de una cadena a un silencio entristecido, me era difícil saber que sucedía. Hoy sólo puedo hacer suposiciones.

Me hubiera gustado que me abrazara. Que me preguntara como me sentía sin darme soluciones, o como dicen los psicólogos, sin invalidar mis sentimientos.

Soy bueno para recordar sentimientos y creo que entre él y yo no había sentimientos, o mejor dicho sólo había sentimientos neutros, correctos, faltos de emotividad.

La última vez que recuerdo una emoción entre nosotros fue hace como dos o tres años. Le dije tú no eres feliz. Él atorado en su garganta solo me dió la razón pero no pudo decir más. No supo decir más.

Yo si quiero decir, pero la necesidad de expresar es algo ajeno. Es como un tercer brazo dormido, lo veo pero no sé como moverlo o como asir cosas o como mentar madres con él.

No quiero soluciones de tu parte, nunca hemos coincidido, somos muy diferentes. Lo único que quiero oir es que no importa lo que yo haga, de todos modos me vas a amar.

martes, abril 19, 2005

Hoy quiero hablar. Alguien me querrá escuchar (o leer)

Soy lo que soy. No puedo negarlo no puedo afirmarlo. Me confundo entre el ser y el deber ser. No quiero oir de mis padres, ni de mis amigos, ni de las mujeres de mi vida, ni de mis compañeros de trabajo.

Quiero ser. Quiero estar conmigo y hacer un pacto de no agresión. ¿Por qué me pregunto quien soy? ¿de que sirve la pregunta? Veo a mi alrededor y aunque percibo un poco de vacío en las sonrisas de los que me rodean parecen mas alegres que yo.

De nada me sirve saber que los demás están contentos. De nada me sirve que ellos sonrían. No he encontrado mi lugar, mi asidero. No puedo callarme más.

Que salga lo que salga, que pase lo que pase. Por años he evitado el conflicto para no hacer sentir mal a los demás. Pero ahora todos se van, se casan, tienen hijos, se van de trabajo a otro país y yo me quede aquí sin conflictos. Cada día me cuesta mas trabajo iniciar contacto con gente que reemplace a los ausentes. Cada vez es más difícil evitar conflictos, ya no hay con quien.

Tengo que hablar aunque sea con el silencio y decirle la verdad. Quiero hacer las pases conmigo mismo pero no encuentro el camino.

lunes, abril 18, 2005

Hay un delicado balance en el respeto que debe haber entre dos personas al momento de hacer el amor. Una falta de respeto se convierte en violación. Un exceso de respeto se convierte en monotonía.

Los amantes deben estar atentos a todas las señales y nunca deben dar por sentado lo que quiere el otro. Conforme aumenta la intimidad el respeto se va perdiendo y las fantasías florecen, pero no hay que correr. Hay que descubrir con paciencia hasta donde se puede llegar.

Fuera de los estereotipos hay hombres que por momentos quieren un poco de ternura y mujeres que por momentos quieren ser usadas. La fantasía es despojarse por un instante de lo que uno es cotidianamente, pero sin renunciar por completo a la esencia.

La magia esta en dejar al yo-despojado durmiendo en la cama hasta el próximo encuentro de pasión
Los domingos siempre me han deprimido. Es difícil encontrar una situación que me provoque plenitud. Siempre está la amenaza del Lunes, de las responsabilidades, del retorno al lo cotidiano.

Nadie puede negar que los domingos son diferentes. Basta con salir a la calle y escuchar los sonidos, respirar el aire, mirar a la gente. Hay un quiebre en la vida y se renueva la existencia. La renovación es dolorosa.

Quizás el domingo es diferente, no por el exterior sino porque nos enfrenta al interior. Nos avienta contra la reflexión, a convivir con la familia y por ende con el yo porque en la convivencia familiar se ejercitan nuestros límites:

Este domingo solo estuve yo. Apagué la tele, escuché el viento, mi cuarto era un desastre, tenía dolor de estómago y me dio cruda por el tequila del sábado. La idea era hacer un análisis psicológico completo pero solo pude escribir estas líneas de reflexión.

miércoles, abril 13, 2005

Sé de una mujer que tiene que luchar en soledad contra una enfermedad peligrosa. Tiene hijos pequeños pero no puede tenerlos junto a ella para no preocuparles

Sé de otra mujer enamorada que por no perder a su hijo quizás tenga que renunciar a su amor.

Sé de un hombre que tiene hijos y se siente frustrado, los hijos tomaron su vida.

Sé de otro hombre que quiere ser padre, que ríe con los niños pero que tiene miedo de equivocarse al momento de elegir a la madre.

Los hijos, esos seres indefensos que remueven heridas del pasado y reviven los sueños asesinados por la madurez, son un tema aparte. Cada mujer y hombre llevan su propia historia al momento de enfrentar la maternidad o la paternidad.

El tiempo corre y la falta de energía se convierte en mecanismos de defensa. Defensa contra nuestros hijos, contra nosotros mismos.

miércoles, abril 06, 2005

¿Eres feliz?

No lo sé.

No me desagrada lo que tengo. Pero no tengo lo que me agrada.

¿Estas inconforme?

No lo sé

Estoy conforme con lo que tengo, yo he decidido estar así. Pero hay algo dentro de mi que no se calma

lunes, abril 04, 2005

Era inevitable que tu y yo vivieramos ese amor. La pregunta de hoy, en medio del silencio del cielo: ¿Que sigue?