miércoles, octubre 27, 2004

- Tu que eres padre. ¿Perdonarías a tu pequeño hijo que viene con ojos tristes y te pide perdón?
- Si lo perdonaría
- ¿Crees que la misericordia de Dios es inifinita y que como buen padre nos perdona si pedimos disculpas?
- Si lo creo, pero como no lo veo, no siento necesidad de pedir una disculpa. A veces no se si me equivoqué
- Pero si reconoces tu error, ¿buscas misericordia?
- La espero de mis seres amados
- ¿Si amaras a Dios, esperarias misericordia?
- Si lo amo, pero no como a mi familia. Creo que el meollo de este asunto radica en que no lo veo, no lo siento, no lo escucho. Es amor, al menos eso dicen, pero yo soy egoista y lo necesito ahora resolviendo mis problemas o los de mis seres queridos.
- No pretendo que creas que Dios te ama aunque no percibas ese amor.
- No pretendo dejarme convencer. Creo que es alguien muy grande, pero que tiene tanto trabajo, que se olvido de mí.


En alguna parte de mi ser, algo se aferra a creer que a pesar de todo, si le importo.

viernes, octubre 15, 2004

¿Cómo voy a saber si a la vuelta de los años lo logré o fallé, si ni tu ni yo sabemos lo que se espera de mi?

miércoles, octubre 13, 2004

Es dificil determinar la razón por la que una persona que llevaba una vida normal, se pierde y decide tirarse a la calle. Quien observé el caso de un vagabundo presumiblemente podría decir que sucedió en la última crisis antes de abandonarse.

"Fue porque golpeó a su esposa"
"Fue porque perdió el trabajo"
"Fue porque sus hijos lo abandonaron"

Todos vivimos muchas crisis, pero siempre nos levantamos y tratamos de seguir adelante, dando tumbos, pero adelante. La crisis que nos lleva a la perdición es otra, una que no es evidente, las demás son solo el reflejo de algo que se rompió dentro de la persona, días, meses o años atrás.

Hay una crisis que nos marca y nos deja heridos como al boxeador que le abren una ceja en combate. Si le pegas y pegas y pegas, la haces hemorragia, el boxeador en esas condiciones podrá caer y como espectadores pensaremos que el último golpe lo tiró. Sabremos, tan solo por la magia de la repetición instantánea, que el desconcierto por la sangre fue el inicio de la debacle.

Hay una crisis que hace una herida pequeña en la superficie, tan pequeña que la desestimas, pero tan profunda que dificilmente cerrarás. Tan insignificante que no pensarás en dejar todo, pero que si la atacas a través de los años te puede matar.

Héctor pasó por esa crisis. Pero es tarde, ya no recuerda que lo llevó allí

martes, octubre 05, 2004

¿Qué tiene el matrimonio? Lo que antes hacias por amor, ahora lo haces por obligación.

Por allí escuche: "hasta la belleza cansa"

lunes, octubre 04, 2004

Ya empezó la navidad. El verano sigue con sus calores y sus humedades pero ya tiene competencia en las preferencias de los consumidores, tanto que la ropa para este clima ya esta de barata.

Y es que ¿Quién le puede ganar a Santa Clos, al niño Jesús y a los Reyes Magos juntos? No hay clima, ni temporada que se resista al encanto del verde y blanco.

Yo, como Grinch, trato de hacer contrapeso. La verdad es que sólo consigo ser la comparsa de estos super héroes decembrinos.

¿Qué opinaría Tomás de todo esto? No creo que tenga deseos de opinar. El tiene conflictos mas graves que enfrentar. Hace dos años, hubiera dicho algo grandioso acerca de la Navidad, no porque la disfrutara. Él, con su encantadora sonrisa ensayada, nos habría respetado la ilusión. Pero hoy, ensimismado, a punto de cambiar radicalmente su vida, no sabe que decir, no sabe como actuar. No sabe quien es.

domingo, octubre 03, 2004

Tom, Tomás, ha abierto el libro de su vida tras 33 años sin reflexión. Una astuta reportera le cambió el tono en una entrevista pública y consiguió la privada. Pero más que entrevista, ella consiguió el autoanálisis de Tomás.

Y estoy en la oficina. Y creo que no voy a aguantar mucho. Y reflexiono sobre la vida de Tom, Tomás.

Cuantas personas son como son, tan solo porque nadie tuvo la paciencia para explicarles que había algo que no estaba bien en sus vidas. Años después, estas personas voltean a ver sus huellas en el tiempo para descubrir que no hay nada.

O deambularon como fantasmas o escogieron caminos de concreto.

O peor aún: no han avanzado nada

viernes, octubre 01, 2004

Quiero que se acabé el día. No porque tenga flojera. La razón por la que quiero huir de la empresa es porque siento que ahorita le voy a contestar mal a alguien. Mi nivel de tolerancia está en la reserva
Las paraolimpiadas me generan problemas a nivel personal. He discutido del tema con muchas personas y a algunas les he causado escozor. Sin más preámbulo opino que México es un país que trata bien al más débil. Exigimos resultados a nuestros deportistas, políticos y demás personalidades públicas pero queremos que actuen con humildad, o mejor dicho que no se pongan por encima de nosotros. Para muchos mexicanos, el triunfo de los parolímpicos nos llena de orgullo y más porque son más débiles que nosotros. Y cuidado de aquel que diga algo malo de ellos, por que tienen ganada nuestra desaprobación. Pero de Zoraya si hablamos mal, de Ana cuando opinó de la delegación paralímpica también hablamos mal y que me dicen de Bernardo Segura que anduvo en política o Raul González. Ellos como no andan en silla de ruedas son blanco de nuestras exigencias y mejor que se callen la boca.

Yo creo que los señores de la delegación paralímpica, como el resto de los mexicanos, somos, con todo derecho, objeto de crítica y de burla también. Nos podemos burlar de Fox, ¿pero de un hombre en silla de ruedas no?. Nadie es perfecto, ni siquiera si está en silla de ruedas o usa muletas. Reconozco los éxitos de ellos, pero su circunstancia no puede atentar contra nuestra libertad de decir.

Todo esto lo saco a colación porque en frente de un grupo de conocidos describí una escena bizarra en donde, un hombre cuyas extremidades inferiores estaban totalmente pegadas a su tronco, parecido a un pingüino, entonaba el himno nacional mexicano en medio de un estadio casi vacio. Intenté reflexionar con esta audiencia mía si esa no era una metáfora de nuestro pais. Solo obtuve miradas de desaprobación y no tanto por comparar nuestro país con esa imagen de historieta japonesa sino porque le dije pingüino al señor.