Traigo una idea como burbuja. No sé como carajos le hace para inflarse. Me está presionando el cráneo desde adentro. Sus finas paredes llegaron a las córneas y me están empezando a doler.
Por un lado quisiera que se reventara. Me daría mucho alivio físico. Podría trabajar en paz y también limpiar mi casa, lavar mi ropa, acomodar los trastes, poner la basura en el bote de la calle de enfrente, escribir el cuento que le debo a mis sobrinos, etc.
Por otro lado, si se rompe, no descubriría el misterio que oculta. Le diría a mi terapeuta: "Tuve una idea que me dolía" y cuando ella me preguntara que como llegó allí, me quedaría sin poder decir nada.
Además me aterra que una idea se esparza como chicle en mi cerebro
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