Son voces. Todas estan contra mí. Se ensañan. Quieren una víctima. Quieren que alguien pague por todos los pecados de una vida.
Son voces. Voces en tonos bajos, como susurros de mar púrpura. Voces estridentes de bosque encantado.
Todas al mismo tiempo o alternándose. Sin tregua aparente.
A veces parecen quedarse calladas. Solo murmuran entre si y se ponen de acuerdo para su siguiente andanada.
No las puedo callar. Cada vez son mas fuertes. De niño, me dormía y se iban. Ahora me despiertan a media noche y el cansancio ya no las vence.
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